Al sur de la ciudad de Saltillo, en el centro del Valle de Derramadero, antes conocido como el Valle de la Buena Esperanza, se encuentra San Juan de la Vaquería, antigua hacienda de población colonial que fue sitio de reposo para los viajeros en su trayecto por el Camino Real, que unía la ciudad de México con poblaciones de Texas y Luisiana.

A una altura de 1,800 msnm, su clima semidesértico con días cálidos y noches frescas; el suelo calizo derivado de sus tierras rojizas, hacen de San Juan de la Vaquería, un lugar ideal para el cultivo y la madurez de la uva. Los procesos de elaboración y crianza en barricas de roble francés le dan carácter a este vino, brindándole la oportunidad de disfrutar la “expresión de la tierra.”

Vino equilibrado, estructurado y fino que evoca la majestuosidad del valle donde es producido, además refleja la unión familiar, sabiduría y el espíritu visionario de los hombres de este valle que generosamente lo elaboraron, perpetuando una admirable tradición.

Es un vino que se ha posicionado entre los saltillenses, que lo han adoptado como “el vino de casa”. Su etiqueta refleja el crecimiento de esta zona vitivinícola, que en los últimos años pasó a tener más de 20 vinícolas que hacen compañía a la centenaria vinícola Casa Madero. Gerardo Aguirre, actual propietario de la Antigua Hacienda San Juan de la Vaquería, que data del año 1570, hizo su primera plantación de viñas en el año 2008; Con la idea de saber el potencial de este terruño para el cultivo de la vid y la calidad del vino. La combinación de altura, tierra, clima y trabajo de las personas del valle, se dieron cuenta de que era posible de producir vinos de excelente calidad que reflejan la expresión de la tierra de Saltillo que ofrece una infinidad de riquezas.

Después del éxito de las primeras cosechas el proyecto fue creciendo, hasta en la actualidad alcanzar las 20 hectáreas establecidas, cosechando las variedades de uva: Cabernet Sauvignon y Merlot. Experimentando igual con gran éxito en la elaboración de un vino rosado con las mismas uvas tintas, realizándose con un proceso que busca la mejor calidad y delicadeza en sus uvas, para tener un vino con gran expresión aromática y un sabor suave y refrescante que recuerda siempre el origen de esta tierra.

El vino tinto que tiene una crianza de 12 meses en barrica de roble francés, dándole una suavidad y una finura que siempre trata de mantener la gran frutalidad y colores que se logran en este terruño tan expresivo. La barrica nos ayuda a potencializar estos factores para que el vino sea lo más agradable para los saltillenses quienes han sabido reconocer y degustar este producto local que evoca la majestuosidad de este nuestro valle.

El viñedo ofrece visitas guiadas con previa reservación, donde se hace un recorrido explicando el cuidado y maduración de la uva, las técnicas para obtener la mejor calidad y todo el proceso hasta su cosecha y crianza. Degustación de vino y charcutería. Además, un paseo por su nogalera, donde se cuenta con áreas para descanso y recreación, explicando el proceso completo y el delicado cuidado de la producción de nuez pecanera.

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